Hace dos semanas se firmó un acuerdo entre el gobierno federal a través de la Comisión Nacional de Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) y las tiendas de conveniencia 7-Eleven para que los trabajadores, a partir de $50 y hasta $8,000 por cada transacción, incrementen sus cuentas de ahorro voluntario en sus Administradoras para el Fondo de Retiro (AFORE). Desde mi punto de vista, la idea es buena, en virtud de que los trabajadores pueden tener un mayor ingreso y mejor nivel de vida a la hora de jubilarse, además de que ayuda a la economía nacional. Una economía crecerá mientras más recursos financieros estén disponibles para la inversión.
Sin embargo, del 14 al 17 de noviembre comenzará el Buen Fin, en donde aparentemente, se pueden adquirir múltiples productos con descuentos atractivos, además del pago en abonos sin intereses hasta en 48 meses.
La paradoja está en que muchas instancias del gobierno federal adelantarán a sus trabajadores la primera parte del aguinaldo, con el claro objetivo de aplicarlo al consumo en ese fin de semana. Muchos de estos trabajadores aprovecharán las ofertas pagando con sus tarjetas de crédito a meses sin intereses, lo que compromete sus ingresos futuros. Entonces, ¿ahorramos e invertimos o gastamos? Tremenda contradicción.
