De acuerdo al INEGI la inflación del año 2014 fue del 4.08%, superior a la meta que tenía Banco de México del 3.00%. Este incremento es debido principalmente al alza en el precio de la gasolina, así como por los incrementos generalizados en los impuestos aprobados en la reforma fiscal.
Llama la atención, que la tasa objetivo del Banco de México sea del 3.00%, mientras que los rendimientos de los certificados de la tesorería de la federación a 28 días sean del 2.43%, lo que implica que en términos reales los inversionistas están perdiendo poder adquisitivo. Ante este panorama, la alternativa que han adoptado muchos inversionistas es invertir en bonos de largo plazo, es decir, en bonos con duraciones largas, mismos que ofrecen rendimientos superiores al 6.00%.
Estos inversionistas deben tener mucha cautela, ya que el Banco de México no descarta en este año 2015 un incremento en la tasa de interés objetivo, que tendrá como consecuencia un aumento en los rendimientos del mercado secundario de dinero. Este aumento en los rendimientos hará que la valuación a mercado de los bonos disminuya, teniendo grandes minusvalías o pérdidas en caso que se vendan los bonos ante necesidades de liquidez de los inversionistas.
Es importante estar monitoreando la política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos, ya que se espera un incremento en la tasa de interés por una recompra masiva de bonos del tesoro. Prácticamente, el Banco de México tendrá que incrementar la tasa objetivo, a fin de que no haya una salida abrupta de capitales de nuestro país al obtener mayores rendimientos en aquel país.
El problema que existe es que no sabemos cuándo ocurrirá esto. Por eso insisto, hay que invertir con mucha cautela y comenzar a diversificar en los portafolios de instrumentos de deuda de largo plazo, por instrumentos de menor plazo. Es una cuestión de administrar riesgos.
Gabriel Malpica Mora
